Bienvenidos y bienvenidas. En este vídeo hablaremos acerca del concepto de ciudadanía en tiempos de interdependencia. El concepto de ciudadanía, tal como lo conocemos en la actualidad, nace con la Revolución Francesa, con dos premisas importantes. La primera de ellas, la libertad o el hecho de que somos personas libres y la segunda, que somos iguales. Libres para expresar nuestras opiniones, libres para movernos dentro del territorio e iguales ante la ley. Estos dos conceptos son fundamentales para entender cómo ha evolucionado el concepto de ciudadanía a lo largo del último siglo y particularmente con cambios importantes que han existido durante las últimas décadas. La consolidación de los derechos políticos en el siglo XX, han relacionado de manera clave el concepto de ciudadanía a la nación y al Estado o a la figura del Estado-Nación. No podíamos entender el concepto de ciudadanía sin una adscripción a un Estado o a una nación que en últimas, bajo el esquema que aún existe, el Estado es aquella institución que nos asegura los derechos y evidentemente, también los deberes que debemos o que tenemos como ciudadanos. En el siglo XX, a partir fundamentalmente de la Segunda Guerra Mundial, se empiezan a configurar alianzas entre países que proporcionaron derechos a las ciudadanías que iban más allá de la figura del Estado-Nación, como por ejemplo tenemos en el caso de Europa, la Unión Europea o en el caso de Sudamérica, la Alianza del Pacífico, por mencionar solamente dos. Pero este tipo de alianzas se siguen fundamentando al concepto de la premisa de la libertad, en este caso libertad de movilidad, de mercancías, de capitales y de derechos que tienen las personas y que se extienden mucho más allá de las fronteras nacionales. Evidentemente, a un elemento que no podemos dejar de lado en la configuración del concepto de ciudadanía en la actualidad son las diversas crisis y especialmente, por ejemplo, las crisis de refugiados o de migrantes que existen en Europa, pero también en otros lugares del mundo; que nos llevan a plantearnos la pregunta de: ¿quiénes son los ciudadanos o las ciudadanas? Evidentemente con producto bien sea, en este caso de estados o sistemas políticos fallidos o de guerras o desastres naturales, generan la movilidad permanente y constante de personas. Un ejemplo reciente lo tenemos con la crisis que hay con los refugiados subsaharianos o africanos, en general, que intentan cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa o en el caso de América Latina, los recientes en movilidad de ciudadanos venezolanos a lo largo del continente e incluso de Europa misma. Cuando nos planteamos una serie de preguntas sobre la ciudadanía, entonces planteamos preguntas como: ¿son los refugiados y refugiadas ciudadanos y ciudadanas? Es una pregunta que cobra pertinencia porque son personas que han salido de su estado y por lo tanto, adquieren una connotación diferente. O, ¿por qué los y las extranjeras no son ciudadanía? Sí, son preguntas claves que consideramos que en aras de formar una ciudadanía crítica, deberíamos plantearnos. Dentro de los cambios que se han generado en las últimas décadas tiene que ver, evidentemente, con el reconocimiento de los derechos y los deberes. Si cuando un ciudadano pasa las fronteras de los límites de su estado, cambia su estatus legal; bien sea como extranjero, bien sea como inmigrante y por lo tanto, existe un proceso de reconocimiento de derechos por un lado, pero también de limitación de derechos al cual se someten las personas que deciden cruzar las fronteras. Nosotros como entendemos la ciudadanía desde una perspectiva crítica, entendemos que el concepto de ciudadanía no puede estar solo limitado a la posesión de un documento legal o a la pertenencia de un Estado-Nación porque entendemos que la ciudadanía debe trascender, evidentemente, la sola posesión del documento y debe ubicarse en la búsqueda de otras condiciones de las cuales hablaremos a continuación. Primero, es que la ciudadanía, en este caso la ciudadanía global, parte del reconocimiento de que todas las personas tienen los mismos derechos y deberes en cualquier parte del mundo. Tenemos que un ciudadano crítico participativo será potencialmente igual de crítico y participativo en su estado a como lo podría ser en otro lugar del mundo. Entendemos que el concepto de ciudadanía debe basarse en imperativos morales con una pretensión de universalidad. Cuando nos referimos a "imperativos morales", nos estamos refiriendo a imperativos morales como la justicia, como el respeto, por mencionar solamente dos atributos o dos características que debería tener un ciudadano global o el concepto de ciudadanía global. En esta perspectiva, la ciudadanía global lo que pretende es integrar ese concepto de que cualquier persona con cualquier identidad, género o con características o prácticas culturales diferentes podemos coexistir el mundo, podemos coexistir en cualquier espacio en el cual nos encontremos y que por lo tanto, lo que podemos y debemos hacer desde una enseñanza de las ciencias sociales críticas es promover estas características. Para finalizar, la ciudadanía global crítica se relaciona con los derechos humanos y con la búsqueda de una mayor justicia social. Si ven, la configuración de los Estados-Nación y las fronteras plantean una serie de características que limitan la movilidad de las personas, lo que pretendemos es que la forma en como entendemos la justicia social y la ciudadanía global tienen una relación interdependiente. Una relación que nos lleva a decir que no nos interesa solo que exista una justicia social en determinados lugares del mundo, sino que nos interesa que los derechos humanos y una mayor justicia social se puedan extender a lo largo de todo el mundo.