En la última sesión hiciste un test para identificar la velocidad con la que lees. Ahora vamos a ver cómo se interpreta y, lo más importante, estrategias para que se acelere ese proceso sin perder comprensión. [MÚSICA] [MÚSICA] [MÚSICA] [MÚSICA] Esta tabla presenta las normas de velocidad lectora de Taylor en el 2006. Aquí podrás contrastar, contra tu nivel de escolaridad, el resultado que obtuviste de palabras por minuto. El renglón de Usual tiene que ver con lo que normalmente se reporta en los estudios que él hizo y el nivel de Adecuado se refiere a lo que puedes lograr si te dedicas a entrenar en velocidad lectora. Si quieres consultar otros niveles de escolaridad, puedes hacerlo en la siguiente pantalla, donde aparece esta tabla completa. Leer más rapido por supuesto que nos conviene a todos, porque el tiempo es algo muy importante cuando estamos aprendiendo. Por otro lado, ya vimos el efecto de Mateo, ya vimos que el lector pobre se empobrecerá a lo largo del tiempo y el rico se enriquecerá, ya que la práctica constante que hace el rico hará que sea cada vez un lector más eficiente y efectivo. Pero, ¿qué es lo adecuado en términos de velocidad de lectura? Por ejemplo, en primaria está bien si los niños leen a la velocidad que hablan, que viene siendo entre 125 y 175 palabras por minuto. Sin embargo, ya para secundaria, bachillerato y educación superior, lo que se espera es que la persona lea mucho más rápido que lo que vocaliza, porque si no, no va a cumplir con los tiempos, con las demandas cognitivas que le imponen las actividades que le van dejando. Así es que es muy, muy relevante que aprenda a leer mucho más rápido de lo que vocaliza. Como podemos ver, ahora que Shany está leyendo, tenemos puntos de fijación. Es decir, estos pequeños detenimientos que hace el ojo para las partecitas que se van leyendo. Tanto la duración de las fijaciones como lo que se barre o se ve en cada fijación cambia con el tiempo. Como es natural, los chiquitos, pues tienen una duración mayor de la fijación, es de .33 segundos. Mientras que la gente, ya en nivel universitario, anda en .24 segundos por cada fijación. Por otro lado, los niños que empiezan a leer, sólo pueden ver menos de la mitad de una palabra cada vez que hacen una fijación, mientras que los universitarios ven más de 2 palabras. También es muy importante el desarrollo de la memoria visual para reconocer las palabras y tener una velocidad lectora mucho mayor. Y, una cosa importante es que, tanto la fluidez como la precisión y el ritmo de lectura, están muy relacionados con la comprensión lectora. Fíjate que, en un principio, se hizo mucho énfasis en que hubiera lectura oral para mejorar la velocidad lectora, pero la verdad de las cosas es que hay investigación que dice que eso no es lo adecuado. Por ejemplo, imagínate que yo estoy en un salón y hay un chico que está leyendo en voz alta y mi velocidad de procesamiento de lectura en silencio, es mayor que la que él tiene para hablar. Pues, ¿qué pasa? Que tanto mis ojos empiezan a divagar y no hago los movimientos correctos cuando estoy leyendo, como también mi cerebro empieza a divagar, me voy para otro lado. Entonces, no conviene tanto hacer ese tipo de lectura, más que para evaluar esa parte de mi formación. Otro problema que tiene esto de leer en voz alta y escuchar al seguir en silencio la lectura es que puede convertirse en un hábito el vocalizar las palabras. Y eso va en contra de la velocidad lectora. Y fíjate que, naturalmente, ajustamos la velocidad de lectura a dos factores: el tipo de material que estamos usando y el propósito con el que leemos. Por ejemplo, yo tengo un propósito radicalmente distinto si leo la dosis de un receta médica porque tengo que tomarme un medicamento, que si leo el titular de una revista de modas. También la velocidad con la que leo un folleto publicitario será muy diferente a la velocidad que empleo para analizar un informe técnico de mi trabajo. ¿Cómo le hacemos para mejorar nuestra velocidad lectora? Bueno, primero, los prerrequisitos: tengo que checar si mi visión está perfecta. Así es que: visita obligada al optometrista. El siguiente, obvio, es reducir los tiempos que implica pasar los ojos por la lectura. Fíjate. Si nosotros reducimos el número de puntos de fijación, pues, obviamente ganamos tiempo. Pero, otra cosa que hacemos constantemente es regresarnos como para corroborar lo que leímos. Entonces, mientras menos regresiones hagamos, pues será mucho mejor. Otra forma de entrenarte es con el trabajo con audio libros, esos cuya velocidad puedes modular. El chiste es que la pongas exacto en donde estás normalmente cuando lees en silencio o un poquito más rápido. Eso te obligará a tener un ritmo constante, porque parte de las características de un buen lector es que mantienen un ritmo regular. Otro tip buenísimo es que uses, cuando te estás entrenando en términos de velocidad, textos que estén como a tu nivel de comprensión o, incluso, un poquito por debajo del mismo. Y esto es porque cuando estás enfrentado a palabras muy difíciles, en lugar de hacer dos o tres puntos de fijación en cada palabra, puede ser que uses hasta 6 o 9, y eso detiene tu velocidad lectora. Si estás entrenando fluidez, en tu nivel o por debajo para todos los materiales. Obviamente, una parte importantísima es que estés concentrado o concentrada en el texto. Es decir, que no divagues, que no te vayas para otro lado. Esto lo vamos a ver con mucho detalle en el módulo 3. Pero lo que sí puedes saber desde ahorita es que, a mayor fluidez, tenemos más concentración, más atención, mejor memoria y mejor uso de nuestros recursos cognitivos para tener una experiencia de lectura maravillosa. Otra posibilidad que te presentamos es el uso de software, para que puedas identificar palabras a un ritmo muy especial, que te permita estar acelerando tu proceso de lectura. Veamos este ejemplo. [AUDIO EN BLANCO] En la siguiente pantalla, te invitamos a practicar con uno de los muchos softwares libres que están disponibles en internet. ¿Qué no debes hacer? No debes verbalizar mentalmente las palabras, leer palabra por palabra, regresar en el renglón ni tener distracciones. ¿Qué sí debes hacer? Practicar y llevar una gráfica que indique el número de palabras por minuto que estás leyendo, usar un señalador como la pluma o tu dedo para fijar un ritmo de lectura, y hacer algo que se llama skimming y scanning, que te platicamos en un momento. El skimming es una técnica que se utiliza, por ejemplo, para hacer una prelectura del texto, lo cual ayuda muchísimo para comprenderlo. También como una forma de repaso y también como una lectura de material que se considera que está suficientemente fácil. Te permite subir enormemente tu velocidad. Puedes llegar hasta 1000 palabras por minuto. Consiste en varias partes que tienes que ir cuidando. Por un lado, primero lees el primer párrafo completo, así como los títulos y los subtítulos de todo el material. También identificas los adjetivos para ver como el tono que tiene. Puedes también ver las palabras clave, las palabras raras, y eso te va dando como una pauta de qué se trata todo el texto. El scanning tiene que ver con buscar algo específico que te interesa dentro del texto. Entonces, lo más importante, obviamente, es que mantengas en mente qué es lo que estás buscando. En esta sesión vimos cómo mejorar la velocidad y la fluidez lectoras. Ahora, vamos al meollo del asunto: la comprensión.